El pasado día 29 de octubre a las 20,00 h., en el Aula de
Cultura de Caja Extremadura de la calle Clavellinas de Cáceres, D.
Abilio de Gregorio, Licenciado en Ciencias de la Educación y Diplomado en
Orientación Familiar, impartió la conferencia titulada "Emergencia
educativa".
Dicha conferencia estaba organizada por la Delegación de Fe y
Cultura de la Diócesis de Coria-Cáceres. Con esta conferencia se inauguraba el
ciclo de actividades de este curso 2013-2014 que lleva por título: ‘En las
periferias de la existencia’. Con esa expresión tomada del Papa Francisco,
se pretende abordar los temas culturales en que hoy día están más patentes los
debates y dramas del hombre moderno.
D. Abilio de Gregorio comenzó su ponencia recordando que el
término “emergencia educativa” es una expresión que toma el Papa emérito
Benedicto XVI de otros pensadores para referirse a la urgencia que tiene este
tema en el mundo y, por tanto, en la acción de la Iglesia.
Para el conferenciante, las amenazas que tiene hoy la educación
son: un falso concepto de la autonomía del hombre –que no depende de nadie–,
junto con el escepticismo y el relativismo – que niegan una verdad estable y
objetiva-; por lo que se hace preciso recuperar el ser de la persona –que es
relacional– y la posibilidad de llegar a la verdad.
Después de veintiún siglos, señalaba D. Abilio, en Occidente
podríamos decir que hemos llegado en Occidente al culmen en la conciencia del valor del
ser humano. Y esto a través de tres aportaciones claves: Grecia (la razón),
Roma (la ciudadanía-vida social) y el Cristianismo (la trascendencia).
A lo largo de estos siglos, ha habido luces y sombras,
fanatismo e intolerancia, por exaltación desorbitada o negación de algunos de
los citados elementos configuradores. Pero hoy día, aunque hay una conciencia
de la dignidad del ser humano como en ningún otro momento de la historia, el
peligro que nos atenaza fundamentalmente es la eliminación de la trascendencia.
Con ello se llega a relativizar el valor de la vida y, por tanto, se llena de
irracionalidad vaciando su sentido.
Se hace necesario, por lo tanto, plantear un nuevo tipo de
educación (no confundir educación con escolarización), una educación que ponga
a la persona como centro y que desarrolle todas sus dimensiones. Así postuló la
“perspectiva personalizadora” en la educación, como respuesta ante el
individualismo y el relativismo. Esta visión instaura la filosofía del “ser”
frente a la del “estar”, para conseguir la maduración de la personalidad del
sujeto y el correcto uso de la libertad, porque educar no es adiestrar, es
enseñar a la persona a ser libre. No es sólo instruir (enseñanza instrumental),
no es sólo socializadora (preparar para ocupar un sitio en la sociedad), no es
un instrumento de cambio social (al servicio de ideologías). Es personalizar,
poner a cada persona en el centro para que se desarrolle totalmente.
El ponente se refirió a las tres dimensiones que constituyen a la
persona y que deberían ser los centros de atención de la educación: su
enraizamiento en lo biológico, su vocación de relación con los demás y su
dimensión vertical o de sentido que le lleva a la trascendencia de sí y en
último término a Dios-. Señalando que esta última dimensión es la que se está
vaciando en nuestros días con el peligro que conlleva de pérdida de dignidad
para cada hombre.
Tras un coloquio muy interesante con los asistentes, D. Abilio
de Gregorio recalcó que lo importante es abrir una puerta a la esperanza, haciendo
partícipes a los educandos de lo bueno, bello y verdadero de la vida, porque
“educamos siendo”, sencillamente.
Juan A. Teso
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