En el
marco de las Rutas de Fe y Cultura (“Tras las huellas de San Pedro de Alcántara”),
temprano en la mañana del domingo 20 de enero, salimos hacia Valencia de
Alcántara desde Cáceres, pasando por Malpartida, donde se montaron los últimos
“peregrinos” hasta hacer un número de cincuenta y una personas. Nos acompañaban
dos hermanos franciscanos: fray Guillermo y fray José Juan del Monasterio de El
Palancar.
Llegamos a nuestro
destino a las 10:00. La mañana era espléndida. Fresca, pero soleada.
Nos encontramos con el guía que nos facilitó el Ayuntamiento, Daniel,
que nos llevó primero a la Fundación Indalecio Hernández. Vimos allí una
sencilla exposición de cuadros; también una colección magnífica de fotos, de
finales del siglo XIX y principios del XX, de personajes del pueblo realmente
interesante.
Recorrimos luego las
calles de la villa deteniéndonos a contemplar algunos formidable blasones de
las numerosas casas señoriales hasta llegar a “El Arco” (puerta de las
huertas), única entrada que se conserva de la antigua muralla externa. Paseamos
por la calle Luis Rivera hacia el barrio gótico-judío. En Alcántara convivieron
las tres religiones del libro, nos cuenta Daniel. Así bajando por la calle
Bordalo encontramos, en la calle Matadero, una antigua sinagoga que ahora lucía
muy bien remozada.
Por la calle
Santiago, admirando blasones y portadas góticas muy bien conservadas por los
amables vecinos subimos hacia el viejo castillo, quizá de orígenes romanos. En
él se celebró la “boda regia” en 1497 entre la Infanta Isabel y D. Alfonso de
Portugal. La relación con Portugal de Valencia de Alcántara es esencial en su
historia, para bien (comercio en los tiempos de paz) y para mal en tiempos de
guerra.
Desde el castillo,
visitamos, después de disfrutar de sus vistas —desde allí se ve la ermita de
los Remedios— y hacernos una idea de su situación geográfica, la Iglesia de
Rocamador, con su precioso interior gótico, su retablo barroco (de
Churriguera), su impresionante Cristo de las Batallas (de Berruguete) y el
cuadro que conserva del Divino Morales. Luego nos desplazamos a la plaza mayor
y hicimos una breve visita a la Iglesia de la Encarnación.
A las 13:00, fray José
Juan celebró la misa en la Iglesia del Monasterio de Los Majarretes, donde San
Pedro de Alcántara comenzó su vida monástica. El padre nos presentó en la
homilía las claves para entender la espiritualidad franciscana. De allí nos
desplazamos de nuevo a Valencia de Alcántara donde disfrutamos de un suculento
menú. A continuación tuvimos una breve conferencia de sobremesa en la que fray José
Juan nos explicó la esencia de la reforma alcantarilla.
Y así, satisfechos
después de un día tan provechoso, cogimos el autobús de vuelta a Cáceres
alrededor de las 17:00 como estaba previsto. Nos queda aún la visita a El
Palancar que esperamos hacer el 10 de marzo para cerrar estas rutas “Tras las
huellas de San Pedro de Alcántara”.
Javier García Aparicio
Delegación fe-cultura
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