Este año,
el Aula de fe y cultura (reflexión y convivencia),
lo trasladamos a Cabezuela del Valle, a la casa de espiritualidad San José, de las hermanas
Josefinas, que sea dicho, nos atendieron con exquisita atención y amabilidad,
como corresponde a su vocación de acogida. La casa, para quien no la conozca,
está adosada a una pendiente que cae sobre una garganta siempre verde, siempre
llena del rumor de pájaros y de aguas que descienden hacia el valle, de colores
frescos que cambian su luz con el ritmo de las horas y el azar de las nubes.
Como otros
años llegamos poco antes de la cena, -era el viernes 13 de mayo, día de la Virgen de Fátima-; nos saludamos, nos
instalamos y nos encontramos en la cena. Después tuvimos un rato en el que nos
presentamos brevemente. Y luego, Xose Manuel Domínguez, cuya cordialidad y cercanía
nos sorprendió desde el principio, nos presentó, en unos pocos minutos, su
pasión por el tema que iba a desarrollar en los próximos días: la sorpresa, el
valor único de "ser persona"... Ya nos asombró, así de entrada, con
sus juegos de mentalismo, metáforas como él dice, de la realidad que se oculta
tras lo aparente, del fondo inabarcable que guarda el cuerpo que somos, el
misterio inabarcable de la persona... que no es cosa.
A las 8.15
del sábado, don José Gil ofició la misa para los madrugadores. Me decía luego
que le sorprendió la asistencia y que le alegró el espíritu que se respiraba.
Desayuno, y a las 10 nuestro ínclito ponente (doctor en Filosofía, director del Instituto da
Familia de Ourense y del Centro de Acompañamiento Familiar Edith Stein. Director del Máster en Acompañamiento y
coaching familiar y matrimonial del Instituto da Familia, etc, etc...) nos
presentó a lo largo de la mañana las líneas fundamentales del personalismo, una corriente filosófica basada en la
dignidad inalienable de la persona, que desde su interioridad, desde su vocación, proyecta su compromiso trasformador en la
comunidad.... Expuso con claridad las líneas generales del personalismo
(crítico con al marxismo y con el neoliberalismo capitalista) como la
alternativa cristiana (también judía en autores como Levinas), a la alienación,
la injusticia y la desigualdad del mundo en que vivimos... Como metáfora, nos
decía, intercalaba en su discurso su maestría con la guitarra de 10 cuerdas (de
hecho fue durante muchos años
concertista) en
fragmentos de clásicos, de jazz, de bossa nova...
usaba la guitarra para explicar la relación de la persona con la comunidad, del
sonido limpio de una cuerda con el arpegio... genial. Simplemente.
Por la
tarde hicimos, hasta las 7, talleres de autodefinición, de autovaloración que
nos resultaron muy sugerentes... Acostumbramos a criticarnos, pero pocas veces
enumeramos nuestras cualidades, destrezas o logros, nos decía Xose
Manuel... Luego nos desplazamos en coche
hasta Navaconcejo, donde empieza el camino de la Cascada de la Nogaleda. Cada
uno, desde aquí, según sus deseos y capacidades, ascendió por esos escalones de
piedra que van acompañando la maravilla del agua que se despeña dese más de 200
metros, con su sinfonía atropellada de voces, olores y colores que te empujan a
seguir subiendo...
Después de
la cena una breve charla apuntó el tema que abordaríamos a la mañana siguiente:
las diversas corrientes que une el personalismo. Otra vez sorpresas de las
habilidades mentalistas de Xose Manuel,
coloquios espontáneos, debates no pensados...
Al día
siguiente, ya el domingo, misa, desayuno y dos horas de revisión de las
corrientes personalistas sin faltar a la sencillez y la cordialidad del
discurso del ponente, y las sugerencias y aportaciones de la asamblea. Después
de un café una reunión final donde cada uno contó, sugirió, preguntó según su
deseo. Comimos juntos, felices por la conciencia del tesoro compartido en estos
días, despedimos al ponente que viajaba de vuelta a Orense, y entre sonrisas,
abrazos e intercambio de correos y teléfonos nos fuimos disolviendo en una
tarde amablemente nublada de un día de mayo en el espectáculo emocionante del
Valle del Jerte.
Javier
García Aparicio