jueves, 18 de abril de 2019

II Diálogo fe-cultura. Jornada de formación en antropología teológica. Teología del cuerpo

18 de mayo de 2019
Colegio de veterinarios de Cáceres
Calle Diego María Crehuet, 6


PROGRAMA
10:30    Presentación.
              Conferencia-coloquio: Lenguaje del cuerpo. Lenguaje de género.
12:15    Descanso-café.
12:45    Conferencia-coloquio: Igualdad de la mujer. Identidad de la mujer.

IMPARTE EL CURSO
Dña. Carmen Álvarez Alonso.
Dra. y Profesora de Teología. Universidad San Dámaso de Madrid.

PRESENTACIÓN

Estamos inmersos en una cultura corporeísta que, a pesar de que otorga al cuerpo un valor central, sin embargo, también lo banaliza y lo despoja de su significado humano y personal.
La valoración meramente emotivista del amor, la concepción líquida del cuerpo, o la visión reductivista de la sexualidad, encerrada en los límites de la categoría del género, desvirtúan el significado personal y teológico del cuerpo y de la diferencia sexual.
Por otra parte, estamos en un ambiente cultural que considera lo femenino al margen o en contra de lo masculino, que promueve una concepción asexuada de la persona, o que propugna el mito de la masculinización de la mujer, precisamente en nombre de la realización plena de la mujer.
Estos son los temas que abordaremos en esta Jornada de formación en Antropología Teológica, que tendrá lugar el sábado 18 de mayo, y que se desarrollará en dos sesiones. En la primera haremos una introducción a la teología del cuerpo, título que dio San Juan Pablo II a 139 catequesis que pronunció entre 1979 y 1984 y que han abierto una línea de profundización teológica en nuestros días. En la segunda nos centraremos en el tema de la mujer, para establecer un diálogo fructífero entre el feminismo y la reflexión teológica actual.
Carmen Álvarez Alonso

ENTRADA LIBRE

viernes, 12 de abril de 2019

I JORNADA DE BIOÉTICA. RETOS DE LA BIOÉTICA EN EL SIGLO XXI. 6 abr 2019. Crónica


Con esta Jornada, la Delegación de fe-cultura de Cáceres inicia los Diálogos de fe-cultura, cuyo objetivo es tratar con cierto detalle y profundidad los temas más relevantes de nuestro momento.
En esta primera edición hemos contado con Elena Postigo, profesora de bioética, para conocer, valorar y enjuiciar las intervenciones sobre la vida humana que la ciencia y la tecnología están llevando a cabo en nuestros días.
Su exposición ha sido tremendamente didáctica e iluminadora y muy valorada por los 30 participantes que se dieron cita en el Salón de actos del colegio de Veterinaria de Cáceres el pasado 6 de abril.
En su clarificadora exposición nos recordó que la bioética se configura como disciplina a mediados del siglo XX, como una reflexión ética sobre las cuestiones relativas a la vida. No sólo la vida humana sino toda la vida puesto que estamos ligados a ella. Y no sólo pensando en nuestra generación sino en todas las futuras, que en gran manera dependen de nuestra actuación.

Ruta III: El Palancar Espiritualidad alcantarina. Orar con Fray Pedro. Crónica


           
La  tercera y última de las “Rutas de fe y cultura” que teníamos programadas para este curso, bajo el epígrafe de “Por las huellas de San Pedro de Alcántara” tenía que ser a El Palancar. El autobús nos dejó junto al monasterio temprano el domingo 10 de marzo. La mañana espléndida, fresca y soleada, invitaba a un paseo. Así descendimos por un carril hacia Pedro de Acim. Éramos unas treinta y cinco personas; nos acompañó amablemente fray Jose Juan, el guardián del monasterio. Javier Irurita nos hizo de guía ayudándonos a ver las peculiaridades del paisaje —maravilloso, más en esta época—, la curiosidades de la historia del pueblo y los valores de su patrimonio, fundamentalmente de la iglesia parroquial de Santa Marina. El pueblecito, que ahora habitan apenas 125 personas, fue fundado en el siglo XIV por el asentamiento de unos carboneros que explotaban el bosque mediterráneo de esta serranía. Se acuesta en la falda de la sierra del Pedroso entre las cresterías cuarcíticas del norte que la separan de la solana de Cañaveral que, al otro lado, mira desde su atalaya a las aguas embalsadas en el Tajo por el pantano de Alcántara.

            El agradable paseo de unos pocos kilómetros que nos llevó a través del pueblo (nos detuvimos brevemente en la iglesia y los antiguos lavaderos) lo acabamos en el restaurante de Getulio, muy cerca del monasterio. Allí paramos a descansar y tomar un café agradecido…